Macachines
“Macachín”, “macachín amarillo” o “vinagrillo” son los nombres dados comúnmente a unas pequeñas hierbas nativas de amplia distribución en la provincia de La Pampa.
Presentan unas “papitas” subterráneas, muchas veces comestibles y hojas con sabor agridulce que también pueden servir de alimento. El nombre genérico Oxalis proviene del griego Oxys: ácido, y alude a la presencia de ácido oxálico.
Ficha técnica: Nombres vulgares: “macachín”, “vinagrillo”. En mapuche: “kulle” y “kelü kulle”. Nombre científico: Oxalis sp. Familia: Oxalidáceas. Esta familia tiene unas 900 especies, de las cuales 800 pertenecen al género Oxalis. Distribución: En Argentina se conocen unas 69 especies, de las cuales 11 son endémicas (exclusivas). En La Pampa, seis especies. En las fotos Oxalis adenophylla y Oxalis compacta “yuyito rico”, ambas de los Andes cuyanos hasta Patagonia. |
Las distintas especies pampeanas presentan flores amarillas -como Oxalis corniculata y Oxalis chrysantha, rosadas (como Oxalis melanopotamica), lilas o violetas como Oxalis articulata y Oxalis floribunda.
Se han utilizado en jardinería, especialmente Oxalis pes-caprae y Oxalis variabilis originarias de Sudáfrica y algunas especies autóctonas. Por la belleza de sus flores se podrían cultivar otras nativas, como Oxalis adenophylla que es característica de la cordillera andina. Son de fácil multiplicación ya que se pueden lograr nuevas plantas por semillas, bulbos, rizomas o división de las matas, según la especie en cuestión.
De sus tallos subterráneos -rizomas, tubérculos o bulbos- emergen las hojas formando una roseta basal, o bien se ubican dispersas en los tallos.
Las hojas son compuestas, muchas veces los folíolos son tres y con forma de corazón y se pliegan al caer la tarde.
Las flores pueden ser solitarias o en inflorescencias, presentando cinco pétalos y diez estambres unidos en la base. Tanto las flores como las hojas tienen la capacidad de responder con movimientos -plegándose o abriéndose- a las condiciones de luz y oscuridad o temperatura. Los frutos (cápsulas) se abren a la madurez liberando numerosas semillas.
Desde épocas precolombinas se cultiva en los Andes, la “oca” (Oxalis tuberosa), en Ecuador, Perú, Bolivia y el noroeste argentino hasta alturas de 4.000 metros sobre el mar. Por su rendimiento, sabor agradable y calidad nutritiva sus tubérculos son uno de los elementos más apreciados en la alimentación andina. Sin embargo, como ha ocurrido tradicionalmente con las especies nativas, a pesar de constituir una de las principales fuentes de carbohidratos, su cultivo no se ha extendido, por lo que vale la pena rescatarlo y promocionarlo.
Texto: Graciela Alfonso
Fotos: Anibal Prina
(Publicado en la sección Animales y Plantas, en el suplemento ECO de febrero de 2003)