Sombra de toro

El “Sombra de toro” es un árbol “atípico” (¿raro, especial?) del bosque pampeano. Cuando casi todas las plantas pierden sus hojas en otoño, éste las conserva, y las conserva hermosas. Son de un verde oscuro con forma de rombo y espinas en sus ángulos.

La mayoría de las plantas florecen en primavera, que es la estación de las flores. Pero éste florece a fines de otoño.

Ficha técnica
Nombre común: Sombra de Toro, Peje, sangre de toro, quebracho, y los mapuches le dicen “pachahua”.
Nombre científico: Jodina rhombifolia.
Características: Mide de 2 a 5 metros y el tronco llega a superar los 35 centímetros de diámetro.
Distribución: Desde el sur de Bolivia, centro este de Argentina hasta el sur de las provincias de La Pampa y noreste de Río Negro. También habita en Paraguay, Uruguay y sur de Brasil.

Sus flores, que son muy perfumadas, cuando se mezclan con las mañanas húmedas, hacen que todo el bosque quede cubierto con su olor.

Los frutos, que en la mayoría de las especies aparecen después de las flores en el verano, en la “Sombra de toro” nacen en invierno. Son pequeños, arrugados, de un color rojo pálido, casi del tamaño de una bolita. Los pájaros lo comen, y después de digerirlo lo bostean desde la rama de algún árbol, creciendo otro ejemplar muchas veces apoyado sobre otros árboles.

Es un árbol casi despreciado, ya que no se usa su leña, ni su sombra para descansar (hay quienes dicen que produce dolores de cabeza). En otros tiempos, no muy lejanos, fue muy importante para el hombre.
Los indios que poblaban estos lugares lo consideraban sagrado. Creían que era un árbol mágico, cuyo uso sólo era permitido a un grupo particular de gente: los machis.

Es una especie abundante en el bosque pampeano, y se la puede ver en los costados de los caminos y en la periferia de las ciudades.

Su presencia nos habla de otros tiempos, de otras costumbres, de otros pobladores. Nos habla de otra forma de acercarnos a los habitantes (animales y plantas) del bosque, de apreciar las cosas no sólo por las utilidades que nos prestan sino por su valor en sí mismo. Todo ser vivo es importante y forma parte de un conjunto de seres vivos que están relacionados entre sí y dependen unos de otros.

El Sombra de toro crece desde el norte del país y se extiende por el oeste hasta la provincia de Río Negro, siempre sobre suelos arenosos y lugares donde la lluvia es escasa.

En otras regiones se lo conoce como “Peje”, e incluso hay sitios que llevan su nombre. En el sur de Mendoza, cerca de Punta del Agua, próximo a Santa Isabel, existe un lugar llamado “Los Pejecitos” y, en San Luis, cercano a Unión, hay un paraje llamado “Los Pejes”.

Texto: Horacio Riesco

(Publicado en la sección EcoChicos, del suplemento ECO)