
Naturaleza protegida
En el mundo existen más de 200.000 áreas protegidas que conservan muestras de biodiversidad. Representan casi un 15% de la superficie terrestre. Si bien hace casi 150 años que existen, fue en los últimos 40 años que se crearon el 90% de ellas. Pero no están a salvo. Una tercera parte sufren una fuerte presión, producto de la actividad humana.
Suplemento ECO (Octubre 2019)._ Según informes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Centro de Monitoreo de la Conservación Ambiental del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), existen unas 202.467 áreas protegidas que cubren el 14.7% de todas las tierras del planeta y el 10% de las aguas territoriales.
A pesar de todos estos datos los organismos internacionales advierten que ocho de cada diez de esas áreas importantes para la biodiversidad carecen de una protección completa y rigurosa.
Desde hace casi 150 años, cuando se creó la primera zona protegida del mundo, el Parque Nacional de Yellowstone (EE.UU.), se multiplicaron las áreas en todo el planeta y ya son centenares de miles. Juntas suman más de 20 millones de km2 y equivalen a una superficie mayor que toda Sudamérica.
El PNUMA señala que, con la creación de las reservas, se logró un progreso importante en la conservación de la naturaleza, sobre todo en los últimos 40 años, cuando se inauguraron el 90% del total. “Actualmente el mundo cuenta con más tierras protegidas que nunca en su historia”, dice el organismo mundial.
En términos de superficie América Latina y el Caribe tienen la mayor superficie de áreas protegidas del mundo, con más del 25% de su territorio (Medio Oriente es el continente con menor superficie protegida, con un poco menos del 3 % de su territorio, unos 119, 000 km2). Las tierras en AlyC son unos 5 millones de km2 (la mitad se encuentra en Brasil), aunque los incendios y la deforestación amenazan la sostenibilidad de esos ecosistemas.
Sin embargo, “los avances han sido escasos en la conservación de otros paisajes biológica y ecológicamente importantes, como el 90% de los lagos del mundo, los pastizales de Asia Central y las praderas de América del Norte”, advierte el PNUMA.
El organismo de las Naciones Unidas señala que se precisa mayor progreso en la cobertura y manejo eficaz de las áreas importantes para asegurar que la biodiversidad y los servicios ecosistémicos sean priorizados en la protección bajo condiciones de gestión equitativa.
Presión
Por su parte, un estudio publicado en la revista Science señala que un tercio de las áreas protegidas a nivel mundial se encuentran bajo intensa presión humana. Según los y las científicas Kendall Jones, Oscar Venter, Richard Fuller, James Allan, Sean Maxwell, Pablo José Negret y James Watson, unos 6 millones de kilómetros cuadrados (32,8 %) de las tierras protegidas en el mundo están fuertemente intervenidas por el ser humano.
Según la investigación en este momento hay aproximadamente 202.000 áreas protegidas en el mundo que cubren el 15,7 % de la superficie total del planeta. El problema es que muchas de estas tierras, que cobijan muestras representativas de la biodiversidad biológica y cultural del planeta, sufren presión por parte de la actividad humana.
De hecho el informe es bien específico y señala que Uruguay, Colombia y Argentina son los países de Sudamérica que tienen más áreas afectadas por la intensa actividad humana.
No se trata de un fenómeno exclusivo del sur de América. Tal es así que las acciones son frecuentes en muchas áreas protegidas y solo el 42 % de ellas están libres de cualquier presión, dicen las investigaciones. Agregan que el 70% de los países en el mundo tienen más del 50% de sus áreas protegidas bajo intensa presión humana. Si estas áreas fueran excluidas o no consideradas como tales dados sus alteraciones, muchos países no cumplirían con la meta del 17% de territorio bajo alguna figura de conservación.
“Más del 90% de las áreas protegidas, como Parques Nacionales y Reservas Naturales mostraron alguna señal de actividad humana dañina”, dijo Kendall Jones, uno de los autores principales de la investigación, en la publicación Mongabay. “Si bien se esperan algunas actividades humanas dentro de las áreas protegidas, encontramos importante infraestructura vial como autopistas, también agricultura industrial e incluso ciudades enteras que se ubican dentro de los límites de lugares que se supone están destinados a la conservación de la naturaleza”, recalcó.
La Convención de Diversidad Biológica, firmada por cientos de países del mundo (Argentina lo hizo en 1992), propone que para el 2020 deberían estar protegidas al menos un 17% de áreas terrestres y un 10% de las marinas.
Pero la realidad es otra: “Si solo cuentan la tierra en áreas protegidas que no está degradada, 77 de 111 naciones no cumplen con el estándar. Y es un límite bajo”, advierte el informe en la revista Science.
Informe: Pablo DAtri
Ilus.: Bibi González