Ñochilei-co

La reserva natural Ñochilei-co fue pensada para proteger una extensa superficie de bañados en el oeste pampeano, en la zona donde confluyen los ríos Atuel y Salado - Chadileuvú. Recientemente incorporada a la red de reservas de La Pampa, es la más grande de la provincia.

En el año 2007, la Subsecretaría de Ecología del Gobierno de La Pampa (Arg.), elevó a la Cámara de Diputados de La Pampa un proyecto de ley para crear en el oeste pampeano una nueva reserva provincial al amparo de la ley 1321. ¿El objetivo? Proteger y restaurar los bañados que, en el árido oeste provincial, forman los ríos Salado - Chadileuvú y Atuel.

La propuesta nace al calor del permanente reclamo de los pampeanos por sus ríos y abarca una superficie de 20.000 km2, en una zona que tiene como epicentro al paraje Paso de los Algarrobos, en cuyas cercanías convergen el río Salado-Chadileuvú y el Atuel.

Los ríos no ingresan a través de un cauce definido sino que descargan sus aguas en un amplio sector de escasa pendiente. Las aguas circulan lentamente entre una laguna y otra, entre un bañado y el continuo. Ambos cursos pierden el perfil característico de río y se convierten en una extensa zona de humedales, con su propio ritmo biológico, sus especies propias y un funcionamiento particular. Es “otro mundo”, otra naturaleza, es el ecosistema de los humedales.

El hecho de que las aguas pierdan su fuerza al entrar en esta área orientó a los técnicos de la Subsecretaría a la hora de buscar un nombre que represente al lugar. Tras consultar al reconocido antropólogo Rodolfo Casamiquela, surgió el nombre de Ñochilei-co, vocablo indígena que se traduce como “aguas que avanzan lentamente” o “aguas mansas”. Ese nombre se propuso en el proyecto de ley que ingresó a la Cámara de Diputados.

Biodiversidad.
En su presentación ante los diputados, la Subsecretaría de Ecología recordó que los humedales pueden definirse como “áreas donde el agua es el principal controlador del ambiente y de las plantas y animales asociados”. Destacó que la presencia de agua en buenas condiciones les confiere una influencia sobre un área mucho mayor que la ocupada, ya que a menudo están insertos en un entorno de características áridas o semiáridas. Tal es el caso pampeano.

"Para preservar muestras representativas de la rica biodiversidad de estos ecosistemas es necesario establecer zonas de protección que permitan la restauración ecológica del área. De esta manera, además de proteger la flora y la fauna del área, todos los pampeanos podrán beneficiarse con los servicios ecosistémicos de un humedal saludable y de una excelente área de esparcimiento, hasta el momento inaccesible".
(Del proyecto de ley para la creación de la reserva provincial Ñochilei co).

 

Los sistemas de humedales son particularmente sensibles y responden rápidamente a los cambios ambientales, por lo que las oscilaciones en sus condiciones hidrológicas los amenazan y provocan profundas perturbaciones ecológicas, como salinización de los suelos, propagación de especies exóticas y desertización.

Nihuiles.
La historia de los humedales o “bañados” pampeanos tiene un punto de inflexión hacia mediados del siglo XX. Ese punto tiene nombre y apellido: Complejo Hidroeléctrico Nihuiles, en la provincia de Mendoza. Son un conjunto de represas, lagos artificiales, desvíos de cursos y centrales hidroeléctricas que implica un trastorno severísimo en el curso del río Atuel y una estocada mortal a su presencia en territorio pampeano.

Los bañados formados por el río Atuel (o Arroyo de la Barda como se lo denomina al ingresar en territorio pampeano), prácticamente han desaparecido como tales y se han transformado en grandes arenales.

El río hace meses que no escurre y las posibilidades de que lo haga en breve son inciertas. Y aún cuando regrese, no habrá margen de esperanza para su permanencia dado el manejo antojadizo e inconsulto que Mendoza hace de su curso.

Sueño.
En la Legislatura, el proyecto de ley desembarcó en la Comisión de Ecología y Ambiente Humano. Los diputados convocaron a funcionarios y técnicos para aclarar el porqué del proyecto y sus alcances y, unos meses después, viajaron al lugar. Regresaron convencidos de que había que darle el visto bueno.
Pese al estancamiento de la propuesta en la Legislatura, el personal de Ecología no se da por vencido ni ha abandonado el proyecto. Por el contrario, lo tiene entre sus prioridades y trabaja a diario en él. En marzo, un equipo técnico viajó hasta la zona para tomar contacto con los propietarios de las tierras que quedarán incluidas dentro de la futura reserva e informarles sobre el objeto de su creación. La noticia fue bien recibida por los pobladores de la zona, que ven en la futura reserva un elemento de desarrollo importante, además de los beneficios que los humedales en buenas condiciones brindarán a sus campos.
La idea de Ecología es formar un Directorio de Gestión Participativa entre representantes de los pobladores y su personal técnico para diseñar juntos el Plan de Manejo de la futura Reserva. Así, los pobladores de la zona tendrían una participación activa en la gestión de la reserva. (F.T. mayo 2009)

Los bañados que se pretende resguardar con la reserva Ñochilei co están ubicados aguas abajo de aquellos. Se emplazan hacia el sureste, en una zona que tiene como punto de referencia al paraje Paso de los Algarrobos. Este conjunto de bañados se alimenta por dos vías: desde el noroeste ingresa el río Atuel, y desde el norte, el Salado-Chadileuvú. La presencia más estable de estos bañados es consecuencia de la escorrentía del Chadileuvú, ya que el Atuel -como se dijera-, hace un aporte más esporádico e impredecible.

Los técnicos de la Subsecretaría de Ecología lo explicaron de esta forma: “Para tratar de atenuar los vaivenes de caudal a los que está sujeto el Arroyo de la Barda, se propone crear la reserva en una zona cercana a Paso de los Algarrobos que incluye el lugar de confluencia de éste con el río Salado. De este modo el río Salado haría un importante aporte de caudal en el área, lo que redundaría en un mayor beneficio al área de bañados al facilitar su permanencia".

El área propuesta para creación de la reserva provincial Ñochilei co está comprendida entre las rutas provinciales 104 y 143 y abarca una superficie aproximada de 20.000 kilómetros cuadrados. En caso de aprobarse el proyecto tal como lo pensó la Subsecretaría de Ecología, sería la mayor reserva de carácter provincial. Sólo quedaría opacada por Salitral Encantado, otro interesante proyecto que duerme “el sueño de los justos” en los cajones de la Legislatura pampeana.

Texto: Fernando Tourn
Ilus.: Bibi González

Publicado en suplemento ECO, en mayo de 2009

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