Patogénicos en La Pampa

Casi dos toneladas diarias de residuos patogénicos se generan en La Pampa. Hace años que el sistema de tratamiento está en crisis. El Gobierno de La Pampa contrató una consultora quien propuso un sistema integral de recolección, manejo y disposición final de esos residuos. La planta se construiría sobre Ruta Nº 9.

 

Más de 1.800 kilos por día de residuos “patogénicos” se generan en La Pampa. En los hospitales, en las farmacias, en los laboratorios, en las veterinarias, en las viviendas particulares, son cientos de kilos que en esta parte de la provincia y hasta ahora, se arrojaban, en bajas condiciones de seguridad, en el colapsado relleno sanitario en Santa Rosa o eran tratados en el horno existente en General Pico. Los residuos generados en el resto de la provincia no contaban con un sistema de recolección con lo que se desconocía su origen y destino final, incrementando de esta manera el riesgo sanitario de la población.

Un poco de historia

Sobre fines del milenio pasado, La Pampa instaló dos hornos pirolíticos para el tratamiento de los “biopatogénicos y farmacéuticos”. Uno se colocó en el Hospital Lucio Molas, en Santa Rosa, y el otro en el Hospital Centeno, en General Pico.

Este informe fue publicado en noviembre de 2017 en el Suplemento ECO/diario La Arena

La mayoría de los residuos se incineraban en Santa Rosa (62%) y el resto en la localidad norteña. De ese total, un 58% provenía del sector público y el resto del sector privado (clínicas, laboratorios, farmacias, veterinarias, etc.)

Frente a un esquema de recolección deficiente (las localidades más pequeñas no tenían garantizada la recolección de los mismos), con un sistema económico deficitario (las deudas son millonarias), el escenario empeoró con la salida de servicio del horno ubicado en el Lucio Molas.

A partir de entonces las bolsas con kilos y kilos de residuos peligrosos hospitalarios se dispusieron de manera “provisoria” y sin tratamiento en unas zanjas cubiertas con cal en el relleno sanitario de la capital pampeana.

En General Pico la situación era menos grave, no solo por los menores volúmenes sino fundamentalmente por el mantenimiento que el personal municipal realizaba del horno. Sin embargo, y tal como calificaron los especialistas, el horno estaba ubicado en un lugar inadecuado y no contaba con los últimos avances en este tipo de tecnología, fundamentalmente en lo referido a tratamiento de gases.

Solución

A partir de la decisión “inconsulta y unilateral” (tal como la calificaron desde el gobierno provincial), el intendente de Santa Rosa, Leandro Altolaguirre, dispuso no recibir más los residuos de la zona y fijó un exiguo plazo de unos pocos meses para que el Gobierno Provincial resolviese el problema.

De acuerdo a la Ley Provincial Nº 1586, en su Decreto Reglamentario Nº 756, es “obligación de los generadores, asegurar el adecuado almacenamiento, transporte, tratamiento y disposición final de los residuos patológicos, ya sea que lo haga por sí o por terceros”.

El Ministerio de Salud del Gobierno de La Pampa señaló que son el Estado y su área, a través de la Dirección de Bromatología y Saneamiento Ambiental, los que tienen que disponer de un sistema integral de manejo de estos residuos.  “El primer objetivo que nos fijamos es diseñar un sistema que trate todos los residuos: los del hospital Lucio Molas y aquellos que se generen en localidades alejadas y pequeñas, tanto en el sector público como en el privado”, agregó un alto funcionario.

El Ejecutivo provincial envió a la Cámara de Diputados de La Pampa un proyecto que se convirtió en ley (N° 3.009), que “declara la emergencia en el manejo de los residuos patológicos en la provincia en lo relativo a la manipulación, transporte, tratamiento y disposición final de los mismos”.

Consultora

La Provincia contrató a la consultora Euskal S.A., quien comenzó un trabajo de relevamiento de información para saber cuántos residuos se generan, quiénes lo generan, en qué lugares del territorio de la provincia se producen y cuál es la calidad de los mismos. También debían analizar las posibilidades de diseñar un sistema integral que definiera cómo recolectar todos los residuos, el mejor sistema de tratamiento, y hasta el lugar donde se debería levantar la planta y disponer los residuos tratados.

“Definir un sistema integral implica analizar una importante cantidad de variables”, dijo el licenciado Alberto Gurruchaga, presidente de la consultora contratada por el Gobierno provincial. “Además de la cantidad y calidad de los residuos, relevamos información clave como la infraestructura de caminos, la disponibilidad de redes de gas y electricidad, la distancia con los centros generadores y las condiciones de suelo, agua subterránea y demás condicionantes ambientales y sociales para determinar el mejor sitio para la instalación de la planta de tratamiento y disposición final de los residuos”.

El equipo multidisciplinario integrado por profesionales en ingeniería en recursos naturales, biología, especialistas en gestión ambiental y social, ingeniería civil, arquitectura, etc., concluyó que, de los 5 lugares analizados, los terrenos ubicados sobre la Ruta Provincial Nº 9, a metros del cruce con la RP Nº 14, en el departamento Toay, era el lugar indicado.

El Ministerio de Salud definió una serie de criterios a los cuales debía ajustarse la consultora: garantizar el tratamiento del 100% de los residuos generados; minimizar los impactos ambientales y la generación de nuevos residuos; asegurar la esterilización o inertización total de los residuos tratados; minimizar la manipulación de los residuos en el proceso. “Del análisis de las mejores técnicas disponibles en la actualidad se optó por un sistema mixto donde el 90% de los residuos se tratan mediante autoclave por esterilización con vapor de agua, y un 10% se trata mediante termodestrucción controlada con tratamiento de gases. Esto garantiza un tratamiento apropiado desde el punto de vista de la salud de la población, ambiental y de seguridad”, puntualizó el presidente de la consultora.

Audiencia

En la Audiencia Pública del 21 de noviembre último, en el Salón de Acuerdos de la Municipalidad de Toay, casi un centenar de personas escucharon la presentación del “Sistema Integral de Manejo de los Residuos Hospitalarios Biopatogénicos y Farmacéuticos”.

Según opinaron funcionarios y funcionarias provinciales y municipales, técnicos, técnicas y especialistas, la instalación de la planta en la ruta 9 es un hecho y en breve se comenzaría con la construcción. “Es el lugar apropiado y con mecanismos de control en manos de la UNLPam como proponemos, está garantizado el funcionamiento adecuado de la planta”, dijo el intendente de Toay, Ariel Rojas.

Texto: Pablo D’Atri
Ilus.: Bibiana González

 

Acceso limpio

Según el informe de la consultora “Euskal S.A., Ingeniería y Ambiente”, existen unos 1.008 generadores de residuos hospitalarios biopatogénicos y hospitalarios en todo el territorio de la provincia de La Pampa.

En los hospitales y centros de salud públicos y privados, laboratorios, veterinarias, farmacias, consultorios odontológicos, etc., se generan unos 1.800 kilos diarios de estos residuos, más de 54.000 kilos al mes, más de 640.000 al año.

 “El objetivo del proyecto es diseñar un sistema de recolección de todos los residuos generados a lo largo y a lo ancho de la provincia, y una única planta de tratamiento y disposición final que facilite un manejo integral”, explicó Alberto Gurruchaga, responsable de la consultora Euskal S.A.

Según el proyecto “Sistema Integral de Manejo de los Residuos Hospitalarios Biopatogénicos y farmacéuticos”, unos 5 camiones especiales recolectarían los residuos generados en diferentes lugares de La Pampa y los llevarían a la planta ubicada sobre la ruta provincial Nº9.

Los residuos serán tratados, en un 90%, por un “equipo de autoclave” y un 10%, con un equipo de termodestrucción controlada (horno pirolítico). “La planta dispone de equipamiento de última generación”, explicó Gurruchaga quien especificó que el sistema pirolítico “está dotado de un sistema de tratamiento de gases catalítico de alta eficiencia tipo HEKAS (High Efficiency Katalityc System), lo que garantiza la minimización de emisiones y el cumplimiento de la normativa vigente”.

Con una inversión estimada en más de 56 millones de pesos y un plazo inicial de un año (Etapa I), la planta está pensada para una vida útil de 30 años (con posibilidades de extender la misma) y la contratación de 29 personas en planta permanente. (PD)

 

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