La luz del sol

Aprovechar la iluminación natural en los lugares de trabajo, edificios o en las vivienda es una posibilidad que contribuye al bienestar de las personas y reduce el gasto energético.

La luz natural del exterior de un edificio es suficiente para reemplazar la fuente principal de iluminación interior durante un día laboral cualquiera. Quiere decir que al menos en el 80% del año, no es necesario encender la luz artificial. Claro que dependerá de un diseño calculado para que permita el ingreso controlado de la luz natural y que asegure cantidad suficiente sin riesgos de deslumbramientos.

Se necesitan 500 lux para realizar tareas de lecto-escritura (típicas de oficinas, aulas, etc.). Con un diseño adecuado ese valor es alcanzado al menos en el 80% por ciento del año en las horas de uso diurnos de los espacios interiores.

Aprovechar la luz natural como fuente de iluminación diurna comienza con el conocimiento de la disponibilidad, en cantidad y duración que tiene una determinada región de luz solar. Medirla en forma sistemática y con los equipos adecuados es el punto inicial, tanto para desarrollos y aplicaciones prácticas (como el diseño y dimensionamiento de sistemas solares, lumiductos, ventanas y elementos de control solar) como para investigaciones (modelos de relación entre irradiancia e iluminancia solar).

Es por esto que en el CCT CONICET Mendoza se encuentra operativa una estación de mediciones de irradiancia e iluminancia global y difusa, según protocolo de la Red Mundial de Mediciones de Iluminación Natural de la IDMP-CIE (IDMP- International Daylighti Measurement Program) (Commision International d’ Eclairage). Los datos son tomados minuto a minuto y están disponibles en tiempo real. Por otra parte estos datos terrestres nos permiten evaluar los errores posibles y sus ajustes cuando se utilizan bases de datos climáticos satelitales.

La luz natural en climas soleados y en particular en zonas áridas, es su cantidad y duración, alcanza niveles altos en todo el año. Por ejemplo, en Mendoza, en un medio día soleado de verano los valores de luz natural sobre superficie horizontal llegan a 120.000 lux y en invierno de 65.000 lux.

“Nuestra línea de investigación en iluminación natural tiene como objetivo desarrollar y aplicar tecnologías regionales de sistemas de luz natural”, dice Andrea Pattini es investigadora principal del CONICET en el Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales en Mendoza (INCIHUSA-MENDOZA). “Paralelamente estudiamos los nuevos materiales o aplicaciones tecnológicas que permitan una aplicación local. Es importante mencionar que un aspecto central es la caracterización óptica y el rendimiento energético de sistemas de ventanas y elementos de control solar. En este sentido trabajamos con simuladores y equipos de medición para que la industria pueda conocer el rendimiento energético de sus desarrollos y optimizar los mismos a fin de ofrecer al mercado de la construcción sostenible una verificación de sus productos”.

“La forma más sustentable de utilizar la luz natural es usarla como fuente de iluminación, es decir, en un espacio interior que tiene ventanas o acceso a la luz natural desde el exterior, en general no necesita que esté encendida la luz artificial, al menos en las horas centrales del día. Si el acceso a la luz natural exterior es diseñado adecuadamente (orientación, diseño y tecnología de la ventana y los elementos de control solar) esto es posible”, agrega Pattini.

Para un diseño integral se deben tener en cuenta los aspectos térmicos asociados al ingreso de la luz natural, pudiendo optimizarse tanto los aportes beneficiosos termo-lumínicos en invierno como en verano con la correcta provisión de sombras. Esto siempre partiendo de un estudio del clima local, las tecnologías de iluminación natural y los impactos visuales y no visuales de la luz natural en las personas, propone la investigadora. (Fuente: Conicet)

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