Hecho en el bosque (PFNM)
Los bosques son una gran despensa de la que viven millones en el mundo. Además de la madera, proveen productos alimenticios, medicinales, bioquímicos, fibras, toxinas, carne, forrajes y hasta objetos ornamentales. Se los conoce como Productos Forestales No Madereros y valorizarlos es de suma importancia para defender los bosques…
Los bosques no son sólo madera. Además de conservar la biodiversidad, de regular los recursos hídricos, de proteger los suelos, de mitigar el cambio climático, además de todos esos beneficios, los bosques son una fenomenal despensa de materias primas.
Frutos, nueces, pieles, semillas, aceites, especias, resinas, caucho, carne de animales silvestre (caza), miel, medicinas… son algunos de los productos que a diario consume el hombre.
“Los bienes provenientes de la flora y fauna son de gran importancia en la economía diaria de las poblaciones locales, ya que son utilizados como materia prima para la elaboración de alimentos y medicinas; proveen fibras para la confección de productos artesanales y para la construcción de viviendas; y, además, muchos de ellos tienen una gran potencialidad como base de actividades comerciales”, dice un documento de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
Actualmente los bosques ocupan el 31% de la superficie del planeta (unas 4.000 millones de hectáreas) y millones viven de él. Se calcula que un 80% de la población de los países en desarrollo utilizan productos que extraen de el para satisfacer sus necesidades.
Productos forestales no madereros (PFNM)
Son productos no madereros de origen biológico que se obtienen de los bosques, otras zonas boscosas o árboles fuera de los bosques. Los PFNM vegetales se reparten en ocho categorías: alimentos; forraje, materias primas para productos medicinales y aromáticos; colorantes y tintes; utensilios, artesanías y construcción; plantas ornamentales; y exudados y otros productos vegetales. Los PFNM de origen animal se reparten también en ocho categorías: animales vivos; pieles, cueros y trofeos; miel silvestre y cera de abeja; carne de animales silvestres, materias primas para medicamentos; materias primas para colorantes; y otros productos animales comestibles o no comestibles. (Fuente: GreenFacts) |
Historia
“A lo largo de la historia, la deforestación ha acompañado el desarrollo económico”, dice el informe “Estado de los bosques del mundo”. En los últimos diez años, unas 520.000 hectáreas (unas 60 canchas de fútbol por hora) se pierden por el avance de la frontera agropecuaria, la explotación maderera a gran escala o los incendios forestales.
Con esta carga, el desafío que plantean expertos y organismos nacionales e internacionales, es hacer un uso sostenible del bosque.
“El concepto de desarrollo sostenible surgió y evolucionó dentro de la ciencia forestal fundamentalmente en respuesta a la deforestación”, dice la FAO. “No obstante, debe quedar claro que la incorporación de los bosques en toda estrategia de futuro sostenible no es optativa, sino obligatoria. La historia y la tendencia mundial es utilizar de manera sustentable estos ecosistemas”, agrega el organismo internacional.
PFNM
En el año 1991, Naciones Unidas comienza a hablar de los Productos Forestales No Madereros (PFNM). Son bienes de origen biológico, distintos de la madera y los servicios derivados de los bosques, de otras tierras boscosas y de los árboles fuera de los bosques, tal como los define la FAO.
Los PFNM es un “recurso” de economía familiar, de pequeños emprendimientos, de producción en pequeña escala. De hecho, son considerados “productos forestales secundarios” y están relacionados con los sectores más informales o marginados que sobreviven en el bosque o a las orillas de él. Ellos son quienes recolectan sus frutos, quienes reconocen y aprovechan las plantas medicinales, los que cazan y consumen la carne de la fauna silvestre….
En el largo listado de PFNM de la FAO, se menciona a las plantas medicinales, los productos alimenticios, las fibras, las especias, materiales de construcción, colorantes, insecticidas, plantas ornamentales, exudados (gomas, resinas, látex, taninos), aceites esenciales y forrajes.
Aun cuando es una economía “secundaria”, que no cotizan en la bolsa ni son mencionados en el mercado de valores, sin embargo representan un importante volumen. De hecho, la mayoría de los productos del bosque se comercializa en sectores informales de la economía o de pequeña escala. “Por estos motivos, los PFNM no se suelen tener en cuenta en la planificación de la gestión forestal, dando lugar a conflictos en torno a la utilización de los recursos, por ejemplo, en los casos en que la extracción de madera interfiere con la producción local y la recolección de PFNM”, dice la FAO.
En todo el mundo, el valor total declarado de los productos forestales no madereros superó los 4.700 millones de dólares en el año 2005. La cuenta es bastante deficitaria ya que excluye una gran cantidad de productos, de derivados, y de beneficios económicos y sociales ligados al “bosque en pie”. Por eso se calcula que en la actualidad se ha multiplicado aquella cifra.
Conservar
“Con la destrucción de las masas forestales nativas, no se eliminan nada más que «los árboles», como «productores de madera», sino los PFNM. Se ha comprobado que la deforestación de los bosques hidrolíticos cerrados puede contribuir a la pérdida de hasta 100 especies por día, las cuales no han sido siquiera clasificadas y cuyo valor potencial, como posibles aportantes de alimentos, medicinas y fibras, son desaprovechados.”, dicen desde la Dirección de Bosques de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS).
Opinión
Así se debate el mundo ambiental. Nicole amenaza posar desnuda en protesta por el uso de pieles. Todos aplauden. Nadie pregunta si esas pieles forman parte de un programa de manejo sostenible de la especie, si la compra beneficia a sectores sociales y, si a la larga, no beneficia la conservación de un bosque, un monte o un pastizal… (LEER MÁS) |
El organismo nacional está desarrollando una serie de trabajos con el objeto de evaluar la situación actual en Argentina de los PFNM y su potencialidad. De hecho, ha creado al efecto el Programa de Productos Forestales No Madereros.
“La tendencia creciente del mercado de los productos llamados «naturales» que se está produciendo y se ha puesto en evidencia en los últimos años muestra la necesidad de desarrollar las estructuras productivas y comerciales de estos nuevos productos, haciendo hincapié en la importancia del manejo sustentable de los mismos, los beneficios que pueden reportar a las comunidades indígenas y locales en pro de la preservación de nuestras masas forestales nativas”, dice el Programa.
Textos: Pablo D’Atri
Ilust.: Bibiana González