Ortiguita de la sierra
Es una plantas que crece en ambientes serranos como también en sitios sombríos y húmedos. Es originaria del cono sur de América.
Muchas personas ven en las espinas una forma de agresión de las plantas, pero son formas de inocente agresión. Estarían más cerca de los manotazos del bebé que nos aporrea sin saberlo que de las refinadas agresiones psíquicas o emocionales de la adultez. Así, las plantas con espinas disuaden expresamente a sus consumidores en la básica relación “comer y ser comido”.
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La evolución ha llevado a algunas plantas a desarrollar formas menos explícitas y a la vez mucho más efectivas. Sustancias químicas como ácidos y alcaloides se concentran para la protección contra los herbívoros, como las que tienen látex venenoso, que al mínimo contacto produce lesiones en la piel. Las ortigas están en medio camino. Y la “ortiguita de la sierra”, con sus pelos que liberan un ácido irritante, también.
Son plantas herbáceas, trepadoras, totalmente cubiertas por pelos urticantes, rígidos, con tallos muy ramificados. Las hojas son simples, muy divididas, de 6 a 8 cm de longitud y tienen largos pecíolos. Las flores solitarias y péndulas, con pétalos blancos con forma de cuchara, una coronita roja y amarilla y numerosos estambres. Los frutos son dorados a la madurez, retorcidos y cubiertos por ganchitos que contribuyen a su dispersión.
Textos: Lic. Graciela Alfonso
Fotos: Lic. Anibal Prina / Instituto de Botánica Darwinion
(Publicado en la sección EcoChicos, del suplemento ECO)